Noemí Hernández*


sueño


Sangrante el sueño,

deambula cual autómata

a través de un ascensor


Pierde conciencia de las larvas

que nacen de sus múltiples heridas.

Crecen, van volando a su alrededor.
 

A su paso la entraña,

escondida bajo el cuerpo del maquillaje

vierte un hilillo de rojo dolor

continuo, vivo y quemante.




*Noemí Hernández
Guadalajara, México
Es redactora de
al margen