El cuerpo
Juan Arabia



Presentación de: El joven 12, y sus arquetipos de inconformidad. Se destacaba en letras, y asumía el papel de un "anarquista conservador".
Por otro lado, Candel, y la bisagra del cuerpo en los espejos. Sucesor de Baeson, simbolista, y admirador del joven 12.
Tercero, y último; el resplandeciente y fervoroso Nacal. Fijador de imágenes primarias, rostros propios y espacios tangibles.


Joven 12: Creo, Candel, que mis manos tiemblan en cada momento en el que recuerdo su nombre. Supongo yo, que no vine al mundo más que para afirmar, o mejor dicho, afianzar a las cosas en relación con sus cualidades. Quizás pueda mi rostro parecer algo fuera de lo ordinario. Quizás yo, no sea más que una pura casualidad en este espacio.

Candel: Creo que ambos haremos todo lo que podamos, siempre y cuando, a Nacal le seamos indiferentes. Podremos o no juzgar a nuestros destinos desde temprano. Podremos o no estar unidos e inútilmente. Pero brotaremos algún día, y los espejos mostraran los verdaderos rostros de los hombres. Allí las cosas serán más justas; y allí, también, el cuerpo se desvanecerá, y se reencontrara con su verdadera esencia.

Joven 12: ¡Silencio!

   Y en ese preciso momento, el cuerpo de Candel encendió una luz oscura sobre el frío mármol que lo sostenía. En su espalda, un suave pero doloroso látigo lo despertó del sueño de los espejos. Una jovial gota de sangre cubrió de manchas la figura opaca de la sombra, y su cuerpo, comenzó a resquebrajarse lentamente.

(Suspensión).

   Linealidad y afirmación. Conjunción de partes incoherentes, administradas por comportamientos múltiples y complejos. Reenvíos sucesivos: diacrónicos, sincrónicos y anacrónicos. La infinidad y la conjetura de los tiempos circulares. Contigüidad en las acciones de estímulo-respuesta. Similaridad como pluralización de átomos irrepetibles.


   El acto finaliza, sin que se repitan las figuras. Sin embargo, los rostros cambiaron sucesivamente de forma, hasta llegar a la homogénea imagen sostenida por un atril, vertiginosamente fijada.

   Así, el Fuego alguna vez exclamado por el el Joven 12, fue congelado por Candel, al trazar una ironía de sus cualidades inertes. Pero sobre esa misma y forzada tarea, Nacal recordó cada una de esas distintas formas, y las encerró, y las transformó en oro.



Juan Arabia.
Buenos Aires, Argentina.