ay, Lucía
patricia romana bárcena molina




          Cómo contarte lo que soñé anoche sin que te pueda parecer que no es sueño. Venías a mí con la frente ensangrentada y el cuerpo frío como si estuvieras muerto, apenas podías pronunciar Lucía tras la palabra perdóname. Yo te miraba sin que me causara dolor tu estado, te acercaba el teléfono para que pidieras ayuda; no preguntaba lo que había sucedido ni limpiaba tu cara. Me despedía, me marchaba sin cerrar la puerta. Al caminar por la acera me desprendía del suelo y volaba. Llegaba al trabajo y hablaba de todo menos del incidente. Comía en la calle para no volver temprano a casa. Entraba a un cine donde pasaba la tarde. En la Pantalla una mujer tocaba el piano, un hombre se acercaba a ella y la abrazaba mientras besaba su cuello, ella levantaba los hombros y recargaba la espalda sobre su pecho sin dejar de acariciar el teclado. No reconocí la melodía, parecía Debussy, no sé, era una música suave. Frente al piano un ventanal abierto enmarcaba un jardín lleno de flores, atrás una montaña enrojecida por la luz del sol que se apagaba. Cesaba la música al mismo tiempo que desaparecía del cielo el último rayo del día. Ella cubría con un enjambre de seda el piano, él corría las cortinas y destapaba una botella de vino, acercaba una mesita al sofá y extendía su mano para sentarla a su lado. Ella servía el vino en dos copas, bebía un poco y lo besaba para compartir el primer trago; él continuaba el beso por todo su cuerpo y, en silencio, la amaba apasionadamente. De pronto, la cámara acercaba los rostros y yo descubría en esa mujer mi cara. No recuerdo ni el principio ni el final de la película, tampoco cómo volvía a la casa ni a qué hora. Me despertó el acostumbrado rechinido de la puerta cuando intentas entrar, de madrugada, sin que me de cuenta.

          Hay sueños que dan la impresión de algo vivido, hay otros que revelan deseos inhibidos. Hay sueños que permiten ver a los seres que se han ido. Hay sueños que espantan, que dan miedo.Hay gente que asegura que un sueño es premonitorio, tal vez.Yo sólo tuve un sueño, muy claro, que quisiera contarte sin que te pueda parecer que no es sueño.





patricia romana bárcena molina
Subdirectora de
al margen . net
Estado de México.
Maestra en educación especial.