dos poemas
isusko larrinaga basarrate




Nunca mueras pájaro

Oh pájaro, nunca mueras pájaro,
no mueras antes de que me mate
este cigarro. Llévalo en tu pico,
arrójalo a las llamas infernales.

ya ves donde desespero,
aquí, en medio del pasillo.

no sé si ir a la cocina,
no sé si ir al servicio;
dime si mi Padre ha dejado
algún langostino,
dime si queda alguna hoja
de papel higiénico.

pájaro! donde te hallas pájaro!
sácame de la mano fría del pasillo,
sácame porque el pasillo es un pájaro,
el pájaro que picotea mis pies
para evitar mi descanso eterno.

tú ya sabes que yo sé,
yo ya sé que tú sabes
que tú eres un pájaro,
pero tus ojos sujetan un mar
el mar que canta
bellas orquídeas.

ayer te vi llorando en mi cuello,
espesas lágrimas posabas en él,
completamente enloquecido.

no te llevaré a los tribunales,
mi corazón es una casa en llamas
donde los corderos asoman el rostro
y piden que llames a los bomberos.

oh pájaro, nunca mueras pájaro,
no mueras antes de que me mate
este cigarro. Llévalo en tu pico,
arrójalo a las llamas infernales.




Pasaje invernal

En qué quietud aguardan los árboles, vestido su ramaje
por el verdín que traen los vientos.

es verdad: los animales no toman cola-cao, pero hay que ver
lo abrigado que sienta
caliente.

cuajan,
cuajan en mi cabeza
copos de nieve,
qué cristal el piano, tan silencioso.

mira qué juguetona la ardilla,
cómo desciende peluda, cómo toca la tierra
a por un mechón de hierba,
la hierba endurecida por la noche.

ya no están, ya no colorean
las hojas moribundas,
se las comió la tierra
y yo me pregunto:

¿se secarán los calcetines en las estrellas?





isusko larrinaga basarrate
1974.
Los continuos fracasos educativos, sociales y laborales me llevaron inconscientemente a la necesidad de labrar un mundo en la chaveta. Empecé a escribir unos relatos automáticos en la entrada del año 2000, imitando a autores consagrados como Kafka, Bukowski o Céline, autores a los que hoy todavía admiro. Arrugado como una pasa por no hallar galerías fascinantes, decidí cambiarme de chaqueta y me puse manos a la obra con la poesía, imitando a autores consagrados como e.e. cummings y Nicanor Parra. Con 28 años escribí mi primer poema y no puedo estar más que orgulloso, porque de haber empezado antes hubiese sido otro error
.