caleidoscopio       


Hojas de tilo
Patricio Armando Sánchez



A Efraín Barquero


Perdí esos caminos por donde otrora pasé tantas veces, apresurado,
huyendo de una montaña a otra a causa del viento.


Perdí los instantes más bellos de mi vida al paso de un puñado
implacable de gaviotas.


Perdí la voz en la multitud, pues el bullicio me condujo
inevitablemente al silencio.


Perdí los ojos en el vientre de una ballena que nunca me invitó a ver
la luz del mar.


Perdí el olfato tras oler largamente unas hojas de tilo, a orillas de
un afluente que jamás existió.


Perdí incluso el rostro en una riña encarnizada con los años y las horas.


Perdí las llaves de mi ciudad, que amé y que amo aún, pero que ahora
fue borrada del atlas por una mano despiadada.


Perdí también el tacto al caminar a oscuras contra muros de barro y piedra fría.


Perdí, en fin, todo, como el aliento y la saliva.


Mas en aquel despeñadero atroz, cogí - cual una piedra partida-, este
pedazo de alma rota, que es lo único que me acompaña en esta vida.



Patricio Armando Sánchez
Chile. 1959.
Poeta y profesor de Español. Actualmente reside en Francia.

oct
2004