caleidosopio       


Dos poemas
Rosse Marie Caballero



La caracola

La caracola arrastra su vagabunda herida,
se aleja soberana: el acantilado
-cementerio de cristalinas sensaciones-
despoblado. A lo lejos navegarán otras velas
al soplido fantasmal de algunos vientos.

Apenas la ventanilla nostálgica
de unos días terminados: TODO HA MUERTO
la poesía no es, ya no, poesía
se ha quedado archivada en un folio
de carpeta bien labrada.

Volver
adonde nadie espera
al infinito mar del Poniente
las palabras han callado sus símbolos apagados.
Volver
sin el unísono grito de la esfinge
con el dolor implantado en las arterias.

Marinero, la barca se ha transformado
en roca, arena o sal.




La vida mató a la muerte

Una sola vez murió la muerte
(ella sigue imperturbable y callada
en su habitación ilícita).

La sal parida por su volcánica boca
se llevó azogada la respiración del espejo.

¿Qué es la vida?

La viajera de un tren desconocido
una estación de frontera
que espera inconmovible su apertura
una falla de cartón para la Cremà
o una tora en Zaragoza que danza contra el torero.

Una quimera clandestina.

¿Y qué la muerte?

Un sepulcro blanco sin ruido permitido
la tristeza del viento en las montañas
una languidez sin adjetivo
o una lengua extranjera incomprendida.

La enigmática utopía.

Ningún secreto es ya secreto
sólo el silencio mudo del silencio.

La vida vive mientras escribe su poesía.



Rosse Marie Caballero
Cochabamba, Bolivia.
Poeta, columnista del diario Opinión de Cochabamba.
Licenciada en Letras e Idiomas.
Miembro del Directorio del PEN-Bolivia
Dirige el Taller de Creación Literaria NERUDA.
Ex becaria AECI, Madrid-España en Lengua y Literatura Españolas.

abril
2004