la nomenklatura       


El destino de Marta Sahagún
Oscar Huerta


          Si Marta Sahagún aspira realmente a ser candidata a la presidencia de la república, como todo parece indicarlo, deberá aprender nuevas formas de trabajo y comunicación, tendrá que hacer las cosas muy diferentes a como acostumbra hacerlas actualmente.
          Ahora se encuentra en una posición singular, muy ventajosa: es la esposa del presidente, encabeza la organización Vamos México, es la primera mujer que tiene reales posibilidades de llegar a ser presidenta por el voto popular.

          Justo en el primer año del sexenio de Fox comenzó la campaña de Marta Sahagún, esto sucedió al casarse con el presidente y asegurarse dos importantes elementos para cualquier aspirante: la cobertura incondicional de los medios y la protección que significa ser la primera dama de la nación.
          Una pregunta interesante antes: ¿Esperó Marta Sahagún a casarse con Vicente Fox hasta que el D.I.F. quedo en otras manos y no le significara un obstáculo en su agenda? ¿Marta habrá influido en esta decisión de la presidencia?
          De la noche a la mañana comenzó a aparecer en la portada de todas las revistas: mostrándose, su ropa, sus actividades, su familia, su romance con el Señor Presidente, y ¡sorpresa! su agenda social en pro de los más desprotegidos.
          Surgió entonces Vamos México y una de sus actividades iniciales -al menos la más importante- fue el concierto en el Castillo de Chapultepec con Elton John. Voces se levantaron desde aquella ocasión por el uso del histórico edificio para una causa extra-gubernamental, por el destino de los fondos recaudados en el evento, por los posibles métodos de convocatoria. Y no sucedió nada, quiero señalar claramente que una de las ganancias claves es la protección de vivir bajo el techo de Los Pinos. Con el aparato del ejecutivo a su disposición: protección personal, sistemas de información, medios de comunicación y transporte, contactos en el ambiente de la política y de la clase empresarial. Además con la relativa inmunidad implicita: "Si se golpea a Marta, se golpea a la presidencia", afirmación correcta.

          Vamos México no es parte de los órganos de gobierno, es decir, no está a merced de auditorías federales o promovidas por el poder legislativo. Vamos México se encuentra en un limbo extraño: es inherente a la figura de la esposa del presidente de México, pero no está dentro de la jurisdicción de los poderes federales. Cuenta con lo mejor de los dos mundos.
          Sin embargo en días pasados un artículo en el Financial Times inglés volvió al tema de los fondos y los destinos de Vamos México, nada que no se hubiera cuestionado con anterioridad, pero provoco una reacción iracunda de Marta Sahagún. Hago notar que las voces de Vamos México reclamaron que estaban siendo calumniadas, y el detalle interesante es que al parecer, la voz de Marta Sahagún en evidencia suficiente de que no hay malos manejos en la fundación. ¿Quién le ha dado a Marta Sahagún la calidad moral para autoproclamarse proba en sus manejos?
          A eso me refiero cuando al inicio de mi artículo digo que si realmente está buscando la candidatura a la presidencia, su modo de actuar debe cambiar diametralmente:
          Debe siempre ser transparente en sus manejos económicos, así como en su agenda política y social. De alguna manera habrá de tomar una sana distancia con la presidencia, ya que no puede haber dudas ni sospechas en que haga uso de recursos oficiales en la búsqueda de su candidatura.

          Amigos de Fox es el precedente más fresco de un fangoso manejo de recursos monetarios: nunca se conoció por completo el origen o la identidad de los que apoyaron al grupo, tampoco se termino de deslindar el flujo de los ilegales recursos que vinieron del extranjero, cuál habrá sido la participación del PAN. Imagine la escuela que tiene Marta Sahagún con estos precedentes. Por lo tanto es urgente que se brinden cuentas claras y explicaciones detalladas.
          Lo peor del asunto es que al igual que Amigos de Fox, Vamos México podrá seguir navegando en la escena nacional sin rendir cuentas, y si vamos más lejos basándonos en las probabilidades, podría volver a repetirse el asalto a la candidatura del PAN y posteriormente una presidenta con una sospechosa ruta: lo que ahora conocemos como Vamos México.



Oscar Huerta
Director de
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2004